27.4.12

La subjetividad del amor


Hace unos años creí que había encontrado a aquello que todo ser humano busca “El amor.” Creí que había amado con toda mi alma y que no iba a volver a amar. Mi pareja creía lo mismo. Sin embargo varios años después cada quien por separado descubrió que no habíamos tenido ni idea de lo que era realmente.
Años después descubrimos que era amar realmente, y descubrimos que iba mucho más allá.
Tiene meses que cada uno en caminos completamente distintos nos dimos cuenta de que el amor era algo completamente diferente a lo que nosotros creíamos.
Tiene mucho tiempo que no nos dirigimos la palabra y sin embargo los dos sabemos con exactitud que cada quien logró descifrar aquello que era el amor de maneras completamente distintas.
Y es que en el amor y el amar a alguien más todo es muy subjetivo.
¿Qué es realmente el amor?
Es un tema muy extenso y creo que esta vez lo resumiré al amor interpersonal.
Según tu primo Platón, el verdadero amor es el amor a la sabiduría, al conocimiento, por lo tanto el amor platónico no es el amor ideal de una persona sino el amor a conocerla y por saber de ella. Mientras que la belleza del cuerpo no se halla en el cuerpo mismo si no que es la imagen y el reflejo de la belleza espiritual, por lo que el alma humana debería de aspirar a conocer y amar a esa belleza esencial.
Fedro, por otro lado, en los diálogos de Platón, piensa que el amor hace que los hombres sientan vergüenza, y ambición, y además, que la influencia de éste en los hombres es mayor a cualquier otro sentimiento, ya que su poder impulsa a grandes acciones, como aquel que muere por la persona que ama.
Agatón nos dice que el amor es poesía.
Y finalmente tu otro primo, Sócrates nos dice que el amor siempre anhela lo bello, y lo bueno, es un intermedio entre lo físico y lo sentimental.
Yo llegué a la conclusión de que el amor es una combinación de todas éstas “definiciones” por así decirlo.
Una vez leí que sólo existían dos sentimientos: El miedo y el Amor. Y que estos tenían muchas ramas.
Ahora que respiré profundo y después de muchos años pude formular la frase “Te amo.” Me doy cuenta de que el amor es libertad, el amor regala felicidad, y por consiguiente éxito.
Hay TANTAS formas de amar, tantas personas a quien podemos amar.
Y el amor más bonito va a ser ese que existe en tu interior, ese que no necesitas gritarlo, es aquel que sabes que es tan grande que con una mirada, o una sonrisa, basta para que quien te esté mirando se dé cuenta.
Aquel amor que no es únicamente para una persona, es el amor que compartes contigo también.
Regresando a lo que nos dice Platón, creo que has encontrado a la persona indicada y la amas en serio cuando todos los días despiertas queriendo conocer algo más de esa persona, cuando sabes perfectamente que siempre vas a encontrar algo de él/ella que te sorprenda.
Alguien que sea un espejo de todo el amor que sientes por esa persona.
Conocerte a través de esa persona también.
El amor no se busca porque el amor YA está, el amor se va descubriendo poco a poco.
Te puedo decir que yo comencé a descubrir el amor cuando esa persona se marchó.
Lo curioso de todo esto es que yo siego viendo a la persona todos los días y seguimos hablando.
A veces no sé que sentir cuando lo veo.
Por un lado siento una paz enorme porque lo veo feliz, y me contagia y sonrío también, pero por otro lado me convierto en melancólica porque ya no estamos juntos y entristezco.
En los últimos meses he escuchado hasta el cansancio “Estabas perdiendo tu tiempo” “Perdiste tu tiempo.” Y sin embargo yo no lo creo así, creo que el tiempo que estuvimos juntos me dejó mucho, me abrió los ojos a lo que es realmente el amor.
Porque por primera vez pude verme en los ojos de alguien y darme cuenta de que no era sólo un reflejo si no que realmente estaba dentro de esa persona, y no sabes lo bonito que se siente el darte cuenta de aquello.
Hoy, sigo mirando sus ojos y sigo sintiendo lo mismo y eso me da paz.
Y es que cuando se trata del amor, no necesitan estar juntos para sentirlo.
Y no quiere decir que porque lo sientan van a estar juntos.
El amor no es estar unido o atado a una persona, es todo lo contrario, es libertad.
Cuando forzamos algo que nos está haciendo más daño que bien, deja de ser amor.
Recuerdo cuando estaba con esta persona y la veía llorar y decían que era por mi culpa, inconscientemente decidí terminar las cosas porque no podía tolerarlo, después me di cuenta de que entonces si estaba sintiendo amor por él, porque de lo contrario la felicidad que no existía no me hubiera importado en lo absoluto.
El amor es real. ¿Qué es lo real? Pues lo real es lo que existe y seguirá existiendo, de lo contrario, deja de existir y se olvida.
El amor es seguridad. El miedo inseguridad.
“¡Que miedo que fracase con él si lo amo!” “¡Qué horror si pierdo a la persona que más amo!” Y terminas perdiéndola porque te da miedo perder.
Afortunadamente yo entendí eso la primera vez que “amé” y la segunda aquello ya no era una preocupación.
He llorado mucho, he llorado mucho por una persona que amé mucho, pero también he sonreído a la par de aquello. Por una persona que sigo queriendo con cada poro de mi piel.
Sin duda alguna no hay amor más bonito que el que dejas de ir cuando se tiene que ir.
El amor duele cuando quieres retener algo que se tiene que ir.
El amor duele, cuando aun conoces muy poco de él.
Definitivamente el dolor es aquel aviso de que estás apunto de conocer lo que es realmente el amor.
El amor es para siempre y cuando comienzas a dudar de que puede desaparecer es cuando tú mismo vas aniquilando aquello poco a poco.
Y sin dudas el amor es algo diferente siempre, bien dicen que no “puedes meterte al mismo rio dos veces porque éste está en constante movimiento.” Así pasa exactamente con el amor.
Cuando sientes necesidad por una persona es cuando sientes insatisfacción contigo. Y eso no es amor.
Siempre he dicho que el amor es algo mutuo, algo reciproco y sirve como un “rebote.” Si no es mutuo, si sólo tú amas, NO ES AMOR.
Ahora que estoy amando, me doy cuenta de que quiero que aquella persona sea feliz, de la manera que sea, pero que sea feliz, porque yo también me siento feliz. Y eso es lo importante.
El amor siempre se va a transformar en aquello que te haga sentir bien, si en algún momento piensas que estás sufriendo por amor, entonces date cuenta de que no estás sintiendo amor, si no algo distinto.
Hemos cometido el error de relacionar amor únicamente con una relación de pareja.
Cuando en realidad el amor lo vemos hacía donde podamos dirigir la mirada.
Yo no sé quien comenzó a decir que el amor era necesidad por una persona.
Te prometo que yo estoy disfrutando mucho del amor, y no tengo pareja, y estoy disfrutando mucho de amar a esa persona que no está conmigo.
Porque me estoy dando cuenta de que somos afortunados los que reconocemos al amor.
Y que sí el día de mañana llega alguien más y me enamoro y después vuelvo a amar, va a ser una derivación de lo que en algún momento sentí en el pasado.
Pero nunca sufrir por amor.
El amor siempre está, sólo que unas veces se puede ver y otras no.
El amor siempre está presente y cuándo alguien deja de sentirlo, deja de existir. Mientras sigas existiendo vas a seguir teniendo amor en ti, de eso no hay duda.

20.4.12

Hubo un momento...

PARA LOS MOMENTOS DIFICILES

Hubo un momento......

Hubo un momento en el que creías que la tristeza seria eterna; pero
volviste a sorprenderte a ti mismo riendo sin parar.

Hubo un momento en el que dejaste de creer en el amor; y luego apareció
esa persona y no pudiste dejar de amarla cada día más.

Hubo un momento en el que la amistad parecía no existir; y conociste a
ese amigo que te hizo reír y llorar, en los mejores y en los peores
momentos.

Hubo un momento en el que estabas seguro que la comunicación con alguien
se había perdido; y fue luego cuando el cartero visito el buzón de tu
casa.

Hubo un momento en el que una pelea prometía ser eterna; y sin dejarte
ni siquiera entristecerte, termino en un abrazo.

Hubo un momento en que un examen parecía imposible de pasar; y hoy es un
examen más que aprobaste en tu carrera.

Hubo un momento en el que dudaste de encontrar un buen trabajo; y hoy
puedes darte el lujo de ahorrar para el futuro.

Hubo un momento en el que sentiste que no podrías hacer algo; y hoy te
sorprendes a ti mismo haciéndolo.

Hubo un momento en el que creíste que nadie podía comprenderte; y te
quedaste boquiabierto mientras alguien parecía leer tu corazón.

Así como hubo momentos en que la vida cambio en un instante, nunca
olvides que aun habrá momentos en que lo imposible se tornara un sueño hecho
realidad.

Nunca dejes de soñar, porque soñar es el principio de un sueño hecho
realidad.

"Todo lo que sucede, sucede por una razón."

10.4.12

Seguir sin ti.

De pronto un día te despiertas y te das cuenta que algo ha cambiado.


Te cuesta trabajo levantarte, sientes una opresión extraña en el pecho, tus parpados te pesan y sientes que tus ojos se encogieron en la noche.

Entonces recuerdas lo que paso ayer, sientes como tu estomago se cae hasta el suelo y un nudo inmenso en la garganta hasta que sale una pequeña lágrima.

Te metes a bañar y no dejas de pensar en lo que pasó el día anterior. Entonces te alistas y te preparas para empezar tu día, que definitivamente no quisieras que empezara y quisieras quedarte ese día en tu cama hasta que anochezca.

Sin darte cuenta vas caminando por la calle cabizbaja, o bien en tu carro vas manejando en automático, en realidad aun no has terminado de despertar.

Sientes la necesidad de ver a tu mejor amigo/a y hablar, y no quieres que nadie te abrace porque te soltarás a llorar.

Hola, acabas de sufrir una ruptura amorosa.

Una ruptura amorosa puede variar muchísimo de la situación.

Acabas de terminar una relación con una persona que realmente querías, con quien realmente querías estar.

Por fin te animaste en decirle a esa persona cuánto te gustaba y querías y ésta no te correspondió.

Acabas de enterarte de que aquella persona por la cual diste tanto está con alguien más.

O bien, aquella persona que querías con todo tu corazón te decepcionó y te diste cuenta de que lo mejor era dejar ir ese sentimiento.

Y es que, si de algo estoy segura es que a eso que le llamamos estar “enamorados” es lo más complicado en lo que el ser humano puede involucrarse.

Y cuándo ese enamoramiento debe de terminar por la razón que sea, duele, y duele tanto que hubieras preferido que te dieran la paliza de tu vida que sabes que va a durar un par de días, y no ese dolor constante que no sabes cuándo vaya a terminar.

Te dan tantos consejos tus seres queridos, algunas veces hasta lees en alguna revista, libro, lo que sea, y no funciona, claro que entiendes cada uno de los puntos, pero simplemente nadie puede quitarte ese sentimiento de nostalgia que sientes.

Y sí, me ha pasado, y créeme he llorado sorprendida de que aún me quedan lagrimas para seguir llorando.

Si me preguntas cómo fue que a mí me dejó de doler aquella situación fue comenzar a ver las cosas un poco frías.

Cometí muchos errores, como marcarle, y buscarle para hablar, para intentar algo, el rechazo cada vez fue más notorio.

Entonces entendí que por más que yo quisiera, si esa persona no debía de regresar, no lo iba a hacer, que si esa persona ya no sentía lo mismo, por más que yo moviera el mundo no aquello no iba a cambiar.

Me mentalicé de que aquella persona por el momento (o tal vez nunca) no iba a regresar, y que el tiempo es muy cruel y no se va a detener aunque yo quisiera por lo mucho que yo podría estar sufriendo, que la vida en si continuaba y que por lo tanto yo tenía que continuar.

Creo que ese es el primer paso para ir superando.

Yo no sé quien dio ese consejo de “Si amas algo lucha por él” y lo dejó tan al aire.

Porque muchos confunden aquel consejo como rebajarse y perder autoestima con tal de que aquella persona esté a tu lado.

Y no, no debe de ser así.

Ya te he dicho antes que soy fiel creyente del respeto.

Y si alguna vez respetamos tanto a esa persona, debemos de respetar la decisión que tomó, respetar lo que esa persona siente, o quiere.

Y si te falló, respetarte a ti y a que esa persona no valoró lo que sentías.

Otro de los errores que cometí fue haber cargado con culpas.

Me culpé de absolutamente todo lo que pasó.

Y después… Lo culpé a él.

Ese es un grave error que cometemos.

Culparnos de absolutamente todo lo que pasa, que si hubiéramos hecho algo diferente, seguro nada hubiera pasado, y seguiría aquí etc.

O bien, encontrar que esa persona tuvo la culpa, y nos enojamos, maldecimos, y no puedes ni ver a esa persona porque pensarías en agarrarlo a golpes, y hasta terminamos odiando a esa persona que alguna vez quisimos tanto.

Entendí de las dos maneras, que quien tuviera la culpa, no debía de importarme.

Que lo único que lograba era generarme rencores, tanto como para mí cómo para la otra persona.

La situación ya estaba, y yo no ganaba absolutamente nada más que rencores innecesarios que me impedían superar aquella ruptura.

Un día me senté, y perdoné a esa persona, la perdoné de la forma más transparente que pude, y no tuve que decirle nada.

Después, me perdoné, acepté que cometí errores y decidí aprender de ellos.

Me quité dos piedras muy grandes de encima.

Otro error que cometemos muchas veces es buscar a alguien más;

1. Para demostrarle que conseguiste que superar a tu Ex-loquesea o que “estás” con alguien mucho mejor

2. Distracción

3. Desquite

4. Olvidar

5. Recuperar lo que viviste con la otra persona y sentir lo que antes sentías.

Yo apliqué las 4 en diferentes situaciones…

¿Qué crees?

Para lo último para lo que sirvió, fue para alguna de las 4 razones y sólo terminé lastimando a un tercero que no tenía la culpa de absolutamente nada.

Y es que entendí que puede que el/la ex en cuestión puede sentir celos, o puedes desquitarte.

Pero al final, el dolor va a seguir ahí.

Te vas a distraer un momento, pero vas a empezar a comparar a la otra persona y te vas a acordar.

El clavo saca al otro clavo, cuando tú ya has pasado por un proceso de superación, mientras no.

¿Qué hice en mi última “ruptura”?

Me puse el reto de superar la situación por mí, y conmigo.

Sin la ayuda de un tercero.

Salí con mis amigos, escribí, lei.

Me disfruté.

Entendí que me tenía que arreglar para que YO me gustara, no para alguien más.

Dejé de buscar.

Pensé en cómo había llegado esa persona a mi vida y me di cuenta de que fue cuando menos lo esperé.

Y que así iba a llegar otra persona que me enamorara.

Creo que es lo bonito del enamoramiento, cuando no lo fuerzas, cuando te llega espontáneamente y de pronto un día te das cuenta de que te has enamorado.

Me di cuenta también al final, que igual y esta nostalgia que tenía, no era tanto por la persona, si no por lo que esa persona me hacía sentir, extrañaba las mariposas en el estomago, la felicidad, el escalofrío con un beso. Pero en sí, la persona sólo se había vuelto un recuerdo.

Fue más fácil entenderlo de esa manera, de una manera fría.

Me encontraba un día en la esquina de mi cuarto sentada, abrazaba mis rodillas y lloraba.

Estaba enojada porque me decía una y otra vez “me volvió a pasar”

Imaginé las fotos de mis ex ordenadas cronológicamente en filas, frente al mío y observé una por una.

Curiosamente, en las fotos, aquellas personas estaban sonriendo, y yo no.

Entonces cerré mis ojos y volví a ver aquellas fotos imaginarias.

Ese día decidí, recordar lo que me enseñaron, únicamente eso. Entonces dibujé en mi mente otra foto al final de ellos de una sombra con un signo de interrogación.

Me predispuse a que la siguiente persona que me enamorara, también me iba a enseñar algo, y que cuando terminara, iba a ser una foto más reflejando una enseñanza, no más.

Me di cuenta con esas fotos, que he estado enamorada de cada una de esas personas, sin embargo, que el sentimiento había sido diferente con cada persona, y en todos, había disfrutado muchísimo lo que había sentido y con eso me quería quedar.

Entonces, estoy segura, de que en ninguno de los casos me encontré con alguien igual al anterior, y es lógico, NADIE es igual, pero que cada uno me había hecho sentir aquello tan bonito que implica estar enamorada, de diferentes maneras. Entonces seguro la siguiente persona que llegue, me va a enamorar y va a ser diferente, pero igual lo voy a disfrutar tanto como las pasadas, y quien sabe, tal vez ahora lo haga más.

No cabe duda que estar enamorado es algo muy bonito, y que cuando no lo estás de alguien, puedes compensarlo con muchas cosas.

Enamorarse de lo que haces, de lo que vives, de tus amigos, de tu familia.

Cuando comencé a enamorarme de mi alrededor, dejó de hacerme falta estar con una persona.

Una vez me dijeron que aquello de ser feliz por alguien más es un error que muchos cometen.

Creo que en vez de decir “Hola, te quiero tanto que estoy seguro de que me vas a hacer feliz.” Es mejor decir “Hola, soy feliz, muy feliz, y soy tan feliz, que quiero compartir esa felicidad contigo.”

Otra vez lei que la tristeza es sólo un miedo transformado. Un miedo a lo diferente. Te sientes triste porque ya no estás con esa persona y te da miedo saber qué vas a hacer sin la persona.

Te sientes triste porque habías asegurado que aquella persona de la que estabas enamorado/a te iba a corresponder y ahora que viste que no te da miedo saber cómo vas a manejar las cosas.

Te sientes triste cuando esa persona te falla porque te da miedo darte cuenta de que esa persona no era lo que creiste.

Y es algo completamente normal y humano, y es que también si no existieran momentos tristes, no sabríamos lo que es la felicidad, no podríamos tener un punto de comparación para saber cuando estás “triste” o “feliz”.

Mil veces les he dicho a mis respectivos amigos/as que la vida nos forma para ser alguien independiente, y cuándo comenzamos a volvernos dependientes de algo o alguien, la vida nos lo debe de retirar para seguir con ese camino de independencia.

Siempre he creido que una persona está en tu vida porque tiene que estar, porque va a aportar algo en su vida y tu en la de la otra persona, cuándo ya no hay nada más que aportar, la persona sigue su camino y se marcha. Y tu debes de estar infinitamente agradecido/a por lo que te enseñó, limpiar un poco tu corazón que se desordenó un poco, y después abrir las puertas para alguien más.

¿Qué pasa con esas personas que siempre están juntas?

Pues esas personas siempre tienen algo que aportarse el uno al otro. Qué afortunados son.

Debemos de aprender a no acostumbrarnos a las personas, porque éstas están en constante cambio, y de un momento a otro se convierten en personas diferentes.

Si una persona quiere estar contigo, lo va a estar, si te quiere ver, te va a pedir que se vean, y si te extraña, en algún momento te lo va a decir. De lo contrario, es mejor hacerse a un lado y continuar caminando.

Tú también puedes hacer lo mismo, pero siempre midiendo hasta qué punto no vas a dejar de quererte o respetarte por aquello.

Y si esa persona es para ti, lo va a ser, en unos años, semanas, meses, pero lo va a ser.

Aprender a que nadie te puede quitar lo que es tuyo, porque eso que es tuyo tampoco sabe estar sin ti.

Si no lo es, es peor querer retenerlo y más largo el sufrimiento, es mejor dejarlo ir.

Creo que también me ayudó mucho en reflexionar que la ausencia de esa persona y cómo me afectaba, me perjudicaba más de lo que me beneficiaba.

Me dispuse a llorar, pero me puse una meta límite para llorar, después me prometí no hacerlo.

Porque si de algo estoy segura es que las lagrimas nos nublan la mirada a muchas cosas que hay en frente de nosotros.

Siempre que sufro una ruptura amorosa me pasa algo muy chistoso, conozco a alguien en poco tiempo a quien le gusto, me invitan a salir.

Creo que alguien o algo, que sabe más que yo, me quiere dar a entender que hay muchisimas personas en este planeta que se pueden fijar en mi y viceversa, que la persona pasada no va a ser la única ni la ultima.

Obvio no me enamoro de esas personas después, pero me ayudan a entender que siempre habrá alguien, y por ahí, en algun lugar debe de estar el correcto.

Me dispuse a conocer, a aceptar a quien me invitara a salir, (mientras no me resultara desagradable, claro está), con el fin de conocer, no de decir “seguro esté/está es el/la buena/o” simplemente darme la oportunidad de abrir mi panorama.

Nadie te conoce mejor que tú, y tú sabes perfectamente cómo superar una ruptura. Y apoyo eso, siempre y cuando al final tú estés bien y no afectes a terceros que no tienen la culpa.

La nostalgia y la tristeza va a permanecer ahí un tiempo, pero está en nosotros cómo queremos sobrellevar aquello y cómo queremos salir adelante.

Está en nosotros cuánto tiempo queremos sufrir y cuánto vamos a querer disfrutar.

Que el resultado final siempre sea una sonrisa que salga desde lo más profundo de ti.

No hay que preocuparnos por las rupturas, hay que agradecerle a las personas que nos hicieron sentir aquello, y agradecer también si se marchan, porque has aprendido una lección.

Te confieso que yo quiero con todo mi corazón a quienes me han enamorado, y así va a ser siempre, porque fueron personas especiales.

Y como quiero a cada una de esas personas siempre voy a desearles que estén bien y si llegan a necesitar de mi ayuda Y me la piden, lo haré.

Siempre recordando que me quiero, me respeto y valgo mucho y no debo de perder aquello por nadie más.

Y que cada ruptura (que también esperemos no sean demasiadas) sea un poco más fácil de sobrellevar.

Hay que recordar que SIEMPRE tenemos una nueva oportunidad para cambiar las cosas, para mejorarlas, los días no se nos acaban hasta nuestra muerte, y cada minuto, hora, día puede ser el momento indicado para ponerse de pie y hacer algo al respecto.

Simplemente está en nosotros.

Espero aligerar tu ruptura amorosa, y si no la estás viviendo, espero te ayude en un futuro (espero muy lejano) para llevarlo.

Siempre es un placer escribir para ti.