5.5.12

Una reflexión más.


Este blog sin duda alguna, no va a tener ni pies ni cabeza, ni siquiera sé qué título le pondré, sólo quiero escribir.
Aquí estoy un sábado encerrada en mi cuarto, en pijama, tomando café, terminando de ver una película romántica.
Amiga, perdón si no escribo exactamente de lo que querías que escribiera pero espero que te ayude.
No cabe duda que el tema de los sentimientos NUNCA va a pasar de moda.
Y nosotros siempre vamos a querer hablar de aquello.
De aquel tema TAN sonado a cualquier edad, y del que hablo prácticamente en todo mi blog.
El amor. El tan sonado amor.
Te prometo que nunca va a dejar de sorprenderme esa ansiedad que tenemos todos por encontrar el amor.
O mejor todavía, que el amor siendo algo tan sencillo, sea lo que más nos cueste trabajo manejar.
Y si dices que no eres de esos, estoy segura de que te equivocas.
Porque no puedes dejar de sentir, porque sentir está en nuestra naturaleza.
Te confieso, yo he sido de esas personas que presumen de no sentir, de estar completamente alejadas del amor. Y para ser sincera, desde la última vez que lo que sigue después del amor me deshizo, he querido evitarlo.
Ocultar que puedes sentir, porque no quieres que duela.
¿Por qué? Porque cuando sientes, crees que va a ser para siempre. Y no.
Nada es para siempre. Nada puede durar tanto. Porque todo tiene su tiempo y ese tiempo tiene su función, un límite. Y cuando se termina, debe de haber una consecuencia y esa consecuencia es que te va a doler.
Sin embargo sabiendo esto, todos seguimos buscando a ESA persona con la cual podamos decir “es para siempre.”
Creo que todo esto que escribo deriva que prometí y me prometieron un “siempre.” y ese siempre terminó.  Y dolió como no te imaginas. (O seguramente sí te imaginas.) O tampoco he visto un “siempre” verdadero más que en las películas.
Hay veces en las que realmente no puedo entender.
Y no puedo creer.
Por el concepto que yo tengo del amor.
Creo que el amor es algo que va mucho más allá de todo.
Y está conformado de muchísimas cosas, de compromisos, de un cuidado especial, y que de verdad debemos de estar agradecidos cuando alguien más lo siente por nosotros.
No todos tienen la fortuna de tener a alguien que sienta amor por ellos.
Entonces, es cuando yo no me explico.
Por qué.
¿Por qué es tan fácil para ti ver a alguien llorar por ti y seguirte de largo?
¿Por qué es tan fácil lastimar a alguien que lo único que hace es quererte?
¿Por qué es tan fácil olvidar promesas?
¿Por qué nadie pide una disculpa sincera?
¿Por qué entre más hacen por ti, menos valorizas?
¿Cómo puedes decepcionar a alguien con esa facilidad con la que muerdes una barra de chocolate?
¿Cómo puedes tratar al cuerpo de alguien que es el vehículo del alma, cómo un objeto? ES UNA PERSONA.
Y por último.
Siendo el alma lo más bonito que podemos tener, lo que nos hace diferente a las cosas, ¿Cómo puedes herir un alma con tanta tranquilidad y seguir como si nada pasara?
Ese es el mundo en el que estamos, un mundo frio, lleno de mentiras, un mundo egoísta.
Entonces ya no encuentro el amor de por medio, ni en amistad, ni en familia, ni en pareja.
¿Por qué decides seguir a lado de una persona que te lastima?
Ya sabes ese dicho tan sonado “Entre más mal los trates, más clavados los vas a tener.”
O bien “A las mujeres siempre se van a enamorar de los patanes.”
¿Realmente tiene que ser así?
Se trata de AMOR.
Debería de ser todo lo contrario.
Te está amando una persona. Debe de haber un respeto por ese sentimiento, no todo lo contrario.
Debes de tratar a eso cómo lo que es, como algo sumamente valioso, no pisarlo.
Y si no sientes lo mismo por la otra persona, cómo se trata de algo invaluable, por respeto, le dices la verdad y dejas que la otra persona pueda darle ese amor a alguien que también pueda sentirlo.
Si no he querido sentir, es porque últimamente he visto que para tener a alguien locamente enamorado de ti debes de tratarlo mal, y no, no quiero creer eso.
No quiero tratar mal a alguien que me quiere. Porque yo no quiero que me traten mal cuando me quieran.
Y no quiero tratar mal a alguien para que esté enamorado de mí.
Quiero que esa persona me ame, por mis virtudes y defectos, porque nos admiramos mutuamente.
Porque vamos a compartir ambas felicidades.
Encontrar a una persona que te haga sentir seguro/a de que te puedes entregar en una totalidad y esa persona va a recibirte con cuidado y te va a tratar así.
Estaba viendo una película que trata de una pareja disfuncional, dónde la mujer trata muy mal a su marido y no muestra ni amor ni interés por él.
Y él hace todo lo posible por rescatar ese amor.
Sin embargo estoy segura de que algo desgastado jamás va a parecerse a lo que era cuando está nuevo.
Me surgió una duda ¿Cuántos rechazos está el ser humano dispuesto a soportar por amor a la otra persona?
Me di cuenta de que un sinfín.
Y no, insisto, el amor no debe de ser así.
No debes de tolerar ni un rechazo, porque cuando hay amor, no debe de existir rechazo de ningún lado, todo lo contrario, el querer estar juntos.
Y no debes de querer forzar algo, porque aquello sólo lo mata.
Es increíble cómo es tan fácil para algunos faltarle el respeto a los sentimientos.
El otro día pensaba en lo posesivo que es el ser humano.
“MI mejor amiga.” “MI novio.” “MI casa.”
Mío, mío, mío.
Todo eso que quieres debe de ser TUYO y ya.
Igual pasa con el amor: MÍ amor.
Y cuando éste se va, sufrimos, lloramos, hacemos drama porque ya no es tuyo.
Es absurdo, porque el amor no debería de ser posesión.
Me he visto rodeada de personas que no valoran el amor, me he enamorado de alguna de ellas.
Cada decepción ha sido una grieta dentro de mí, heridas tan expuestas, que con sólo un roce, arden cómo no tienes una idea.
Y entre más me decepciono, más me “programo” para no sentir. Procuro no encariñarme.
Entonces me encuentro acostada en mi cama abrazando mi almohada llorando.
Mi mejor amigo me decía que yo tenía el título completo de “ironía” porque era la persona que más presumía de no querer sentir y era la que más lloraba, y que para llorar debes de sentir.
Nunca lo entendí hasta hoy.
Hoy que me encontraba desesperada porque estaba llorando y no encontraba un por qué.
Escuché las palabras de mi mejor amigo.
Entonces caí en la cuenta de que las lágrimas son ésa válvula de escape, cuando en tu interior ya no cabe todo lo que sientes.
Que las personas que lloramos mucho somos aquellas que sentimos tanto que las palabras no nos son suficientes.
Sollozaba diciendo una y otra vez “Ya no quiero llorar.”
Corrí a mi baño por Kleenex y me miré al espejo.
Miré fijamente mis ojos.
Me di cuenta de que mis ojos especialmente hoy se veían preciosos, claros, profundos, grandes, con pestañas larguísimas. ¿Por qué?
Porque mis ojos, entre lágrimas, me estaban diciendo que siento muchísimo, y que hoy en día esto es un tesoro que ya pocos tienen, y que son buenos sentimientos porque adornan las únicas ventanas que tenemos al interior de uno. Por eso mis ojos se veían tan bonitos, porque estaban más expuestos que nunca, y afortunadamente para mí el verlos así de expuestos hizo que cayera en la cuenta de que mis lágrimas no son de tristeza, de lo contrario mis ojos no se verían así.
Entonces, a pesar de todo lo que escribí anteriormente, no quiero dejar de sentir.
Y que quiero sentir como siento, creyendo y pensando como lo hago ahora.
Porque creo que es lo correcto, porque creo que ese es el verdadero valor que debemos de tenerle a los sentimientos.
Un valor altísimo.
Llegar a un punto en el que puedas sentir Y YA.
Que no te dé miedo de perder a la persona, porque no tienes que perderla, porque no es tuya, porque si siente como tú, va a estar a tu lado.
Y si no, ¿para qué quieres que esté contigo?
Que estés con una persona porque te trata bien, porque sabe todo lo que vales, porque le da el valor necesario a tu persona, esa es la persona con la que debes de estar.
No con quien te trate mal.
Debemos de dejar de enamorarnos de las personas que nos lastiman porque por eso todo termina muy distorsionado.
Debemos de apreciar y valorar cuando una persona nos quiere. Y el apreciar y valorar no significa corresponderle, significa darle el valor necesario y respeto, y por lo mismo si no puedes corresponderle en vez de tratarlo mal, darle las gracias con una sonrisa y por su bien decirle la verdad cuidadosamente porque los sentimientos son frágiles.
En el amor, estoy segura de que la frase “el que persevera alcanza” no aplica en el amor, cuando desde un principio la persona te rechaza, porque es sólo forzar algo que no va a funcionar.
Los sentimientos son quienes dicen quien eres realmente.
Entonces jamás debemos de mentir en cuanto a lo que sentimos, los sentimientos siempre deben de manejarse con la verdad.
Si lo sientes dilo, si no lo sientes, no mientas y mejor di que no lo sientes.
Si tienes alguna duda, pregunta para que te respondan y más cuando se trata de un sentimiento.
Creo que aún podemos cambiar el concepto de amor y de cómo llevar los sentimientos.
No me importa ser una en un millón que piensa y siente así en cuento al amor, y a decir verdad creo que en algún momento me va a dejar de importar el número de personas que me lastimen.
Porque en algún momento entenderé que fui muy valiente al ser transparente.
Por lo tanto, estoy segura de que la persona que va a estar a mi lado, va a darle ese valor al amor que yo le doy y no se va a andar con tonterías de que “A los hombres les gusta que los traten mal” o “A las mujeres les gustan los patanes.”  Va a respetar y cuidar el sentimiento.
Y de verdad, si alguien confía en ti, y te quiere bien, cuídalo mucho y respétalo mucho, no hagas promesas que no vas a cumplirle, no traiciones su confianza, no desvalorices lo mucho que te quiere, no lo/a lastimes, y si lo haces, pídele una disculpa porque estás seguro/a de que no te diste cuenta. Agradece.
Y si sientes algo por alguien, disfrútalo mucho, y no pienses en nada más, sólo en disfrutarlo.
Si algo me parece absurdo y ridículo son aquellos que presumen de ser patanes (o cabronas) y se sienten orgullosos de aquello. A veces me gustaría decirles “si quieres mejor cuélgate un letrero que diga ‘no tengo ni idea de lo que vale una persona, por lo tanto, no sé lo que valgo’” y no saber lo que vales es peor que cualquier otra cosa.
Ese tipo de personas no van a cambiar por más que tú te esfuerces en hacer que cambien, entonces es mejor hacerse a un lado. No puedes valuar a una persona que no tiene ni idea de cuánto puede ofrecer.
Y también, quien presume y alardea de ser todo lo contrario, desafortunadamente es igual que las personas anteriormente mencionadas.
Porque cuando realmente sientes y eres, no necesitas decirlo porque sabes que se refleja.
Es como aquellas personas que intentan hacer lo más público posible su amor.
Ese es el amor más falso. Porque quien realmente lo siente, sabe que no necesita que todo el mundo lo sepa, basta con que la persona que ama esté segura de aquello.
A fin de cuentas terminas siendo sólo la ventana de lo que hay en tu interior y por más que intentes demostrar lo contrario, lo que realmente piensas y sientes va a ser lo que salga a la luz.
Eso es todo lo que tengo que decir hoy.