Este blog sin duda alguna, no va a tener ni pies ni cabeza,
ni siquiera sé qué título le pondré, sólo quiero escribir.
Aquí estoy un sábado encerrada en mi cuarto, en pijama,
tomando café, terminando de ver una película romántica.
Amiga, perdón si no escribo exactamente de lo que querías
que escribiera pero espero que te ayude.
No cabe duda que el tema de los sentimientos NUNCA va a
pasar de moda.
Y nosotros siempre vamos a querer hablar de aquello.
De aquel tema TAN sonado a cualquier edad, y del que hablo
prácticamente en todo mi blog.
El amor. El tan sonado amor.
Te prometo que nunca va a dejar de sorprenderme esa ansiedad
que tenemos todos por encontrar el amor.
O mejor todavía, que el amor siendo algo tan sencillo, sea
lo que más nos cueste trabajo manejar.
Y si dices que no eres de esos, estoy segura de que te
equivocas.
Porque no puedes dejar de sentir, porque sentir está en nuestra
naturaleza.
Te confieso, yo he sido de esas personas que presumen de no
sentir, de estar completamente alejadas del amor. Y para ser sincera, desde la
última vez que lo que sigue después del amor me deshizo, he querido evitarlo.
Ocultar que puedes sentir, porque no quieres que duela.
¿Por qué? Porque cuando sientes, crees que va a ser para
siempre. Y no.
Nada es para siempre. Nada puede durar tanto. Porque todo
tiene su tiempo y ese tiempo tiene su función, un límite. Y cuando se termina,
debe de haber una consecuencia y esa consecuencia es que te va a doler.
Sin embargo sabiendo esto, todos seguimos buscando a ESA
persona con la cual podamos decir “es para siempre.”
Creo que todo esto que escribo deriva que prometí y me
prometieron un “siempre.” y ese siempre terminó. Y dolió como no te imaginas. (O seguramente sí
te imaginas.) O tampoco he visto un “siempre” verdadero más que en las películas.
Hay veces en las que realmente no puedo entender.
Y no puedo creer.
Por el concepto que yo tengo del amor.
Creo que el amor es algo que va mucho más allá de todo.
Y está conformado de muchísimas cosas, de compromisos, de un
cuidado especial, y que de verdad debemos de estar agradecidos cuando alguien
más lo siente por nosotros.
No todos tienen la fortuna de tener a alguien que sienta
amor por ellos.
Entonces, es cuando yo no me explico.
Por qué.
¿Por qué es tan fácil para ti ver a alguien llorar por ti y
seguirte de largo?
¿Por qué es tan fácil lastimar a alguien que lo único que
hace es quererte?
¿Por qué es tan fácil olvidar promesas?
¿Por qué nadie pide una disculpa sincera?
¿Por qué entre más hacen por ti, menos valorizas?
¿Cómo puedes decepcionar a alguien con esa facilidad con la
que muerdes una barra de chocolate?
¿Cómo puedes tratar al cuerpo de alguien que es el vehículo
del alma, cómo un objeto? ES UNA PERSONA.
Y por último.
Siendo el alma lo más bonito que podemos tener, lo que nos
hace diferente a las cosas, ¿Cómo puedes herir un alma con tanta tranquilidad y
seguir como si nada pasara?
Ese es el mundo en el que estamos, un mundo frio, lleno de
mentiras, un mundo egoísta.
Entonces ya no encuentro el amor de por medio, ni en
amistad, ni en familia, ni en pareja.
¿Por qué decides seguir a lado de una persona que te lastima?
Ya sabes ese dicho tan sonado “Entre más mal los trates, más
clavados los vas a tener.”
O bien “A las mujeres siempre se van a enamorar de los
patanes.”
¿Realmente tiene que ser así?
Se trata de AMOR.
Debería de ser todo lo contrario.
Te está amando una persona. Debe de haber un respeto por ese
sentimiento, no todo lo contrario.
Debes de tratar a eso cómo lo que es, como algo sumamente
valioso, no pisarlo.
Y si no sientes lo mismo por la otra persona, cómo se trata
de algo invaluable, por respeto, le dices la verdad y dejas que la otra persona
pueda darle ese amor a alguien que también pueda sentirlo.
Si no he querido sentir, es porque últimamente he visto que
para tener a alguien locamente enamorado de ti debes de tratarlo mal, y no, no
quiero creer eso.
No quiero tratar mal a alguien que me quiere. Porque yo no
quiero que me traten mal cuando me quieran.
Y no quiero tratar mal a alguien para que esté enamorado de
mí.
Quiero que esa persona me ame, por mis virtudes y defectos,
porque nos admiramos mutuamente.
Porque vamos a compartir ambas felicidades.
Encontrar a una persona que te haga sentir seguro/a de que
te puedes entregar en una totalidad y esa persona va a recibirte con cuidado y
te va a tratar así.
Estaba viendo una película que trata de una pareja
disfuncional, dónde la mujer trata muy mal a su marido y no muestra ni amor ni
interés por él.
Y él hace todo lo posible por rescatar ese amor.
Sin embargo estoy segura de que algo desgastado jamás va a
parecerse a lo que era cuando está nuevo.
Me surgió una duda ¿Cuántos rechazos está el ser humano
dispuesto a soportar por amor a la otra persona?
Me di cuenta de que un sinfín.
Y no, insisto, el amor no debe de ser así.
No debes de tolerar ni un rechazo, porque cuando hay amor,
no debe de existir rechazo de ningún lado, todo lo contrario, el querer estar
juntos.
Y no debes de querer forzar algo, porque aquello sólo lo
mata.
Es increíble cómo es tan fácil para algunos faltarle el
respeto a los sentimientos.
El otro día pensaba en lo posesivo que es el ser humano.
“MI mejor amiga.” “MI novio.” “MI casa.”
Mío, mío, mío.
Todo eso que quieres debe de ser TUYO y ya.
Igual pasa con el amor: MÍ amor.
Y cuando éste se va, sufrimos, lloramos, hacemos drama
porque ya no es tuyo.
Es absurdo, porque el amor no debería de ser posesión.
Me he visto rodeada de personas que no valoran el amor, me
he enamorado de alguna de ellas.
Cada decepción ha sido una grieta dentro de mí, heridas tan
expuestas, que con sólo un roce, arden cómo no tienes una idea.
Y entre más me decepciono, más me “programo” para no sentir.
Procuro no encariñarme.
Entonces me encuentro acostada en mi cama abrazando mi
almohada llorando.
Mi mejor amigo me decía que yo tenía el título completo de “ironía”
porque era la persona que más presumía de no querer sentir y era la que más
lloraba, y que para llorar debes de sentir.
Nunca lo entendí hasta hoy.
Hoy que me encontraba desesperada porque estaba llorando y
no encontraba un por qué.
Escuché las palabras de mi mejor amigo.
Entonces caí en la cuenta de que las lágrimas son ésa válvula
de escape, cuando en tu interior ya no cabe todo lo que sientes.
Que las personas que lloramos mucho somos aquellas que
sentimos tanto que las palabras no nos son suficientes.
Sollozaba diciendo una y otra vez “Ya no quiero llorar.”
Corrí a mi baño por Kleenex y me miré al espejo.
Miré fijamente mis ojos.
Me di cuenta de que mis ojos especialmente hoy se veían
preciosos, claros, profundos, grandes, con pestañas larguísimas. ¿Por qué?
Porque mis ojos, entre lágrimas, me estaban diciendo que
siento muchísimo, y que hoy en día esto es un tesoro que ya pocos tienen, y que
son buenos sentimientos porque adornan las únicas ventanas que tenemos al
interior de uno. Por eso mis ojos se veían tan bonitos, porque estaban más
expuestos que nunca, y afortunadamente para mí el verlos así de expuestos hizo
que cayera en la cuenta de que mis lágrimas no son de tristeza, de lo contrario
mis ojos no se verían así.
Entonces, a pesar de todo lo que escribí anteriormente, no
quiero dejar de sentir.
Y que quiero sentir como siento, creyendo y pensando como lo
hago ahora.
Porque creo que es lo correcto, porque creo que ese es el
verdadero valor que debemos de tenerle a los sentimientos.
Un valor altísimo.
Llegar a un punto en el que puedas sentir Y YA.
Que no te dé miedo de perder a la persona, porque no tienes
que perderla, porque no es tuya, porque si siente como tú, va a estar a tu
lado.
Y si no, ¿para qué quieres que esté contigo?
Que estés con una persona porque te trata bien, porque sabe
todo lo que vales, porque le da el valor necesario a tu persona, esa es la
persona con la que debes de estar.
No con quien te trate mal.
Debemos de dejar de enamorarnos de las personas que nos
lastiman porque por eso todo termina muy distorsionado.
Debemos de apreciar y valorar cuando una persona nos quiere.
Y el apreciar y valorar no significa corresponderle, significa darle el valor
necesario y respeto, y por lo mismo si no puedes corresponderle en vez de
tratarlo mal, darle las gracias con una sonrisa y por su bien decirle la verdad
cuidadosamente porque los sentimientos son frágiles.
En el amor, estoy segura de que la frase “el que persevera
alcanza” no aplica en el amor, cuando desde un principio la persona te rechaza,
porque es sólo forzar algo que no va a funcionar.
Los sentimientos son quienes dicen quien eres realmente.
Entonces jamás debemos de mentir en cuanto a lo que
sentimos, los sentimientos siempre deben de manejarse con la verdad.
Si lo sientes dilo, si no lo sientes, no mientas y mejor di
que no lo sientes.
Si tienes alguna duda, pregunta para que te respondan y más
cuando se trata de un sentimiento.
Creo que aún podemos cambiar el concepto de amor y de cómo
llevar los sentimientos.
No me importa ser una en un millón que piensa y siente así
en cuento al amor, y a decir verdad creo que en algún momento me va a dejar de
importar el número de personas que me lastimen.
Porque en algún momento entenderé que fui muy valiente al
ser transparente.
Por lo tanto, estoy segura de que la persona que va a estar
a mi lado, va a darle ese valor al amor que yo le doy y no se va a andar con tonterías
de que “A los hombres les gusta que los traten mal” o “A las mujeres les gustan
los patanes.” Va a respetar y cuidar el
sentimiento.
Y de verdad, si alguien confía en ti, y te quiere bien, cuídalo
mucho y respétalo mucho, no hagas promesas que no vas a cumplirle, no
traiciones su confianza, no desvalorices lo mucho que te quiere, no lo/a
lastimes, y si lo haces, pídele una disculpa porque estás seguro/a de que no te
diste cuenta. Agradece.
Y si sientes algo por alguien, disfrútalo mucho, y no
pienses en nada más, sólo en disfrutarlo.
Si algo me parece absurdo y ridículo son aquellos que
presumen de ser patanes (o cabronas) y se sienten orgullosos de aquello. A veces
me gustaría decirles “si quieres mejor cuélgate un letrero que diga ‘no tengo
ni idea de lo que vale una persona, por lo tanto, no sé lo que valgo’” y no
saber lo que vales es peor que cualquier otra cosa.
Ese tipo de personas no van a cambiar por más que tú te
esfuerces en hacer que cambien, entonces es mejor hacerse a un lado. No puedes
valuar a una persona que no tiene ni idea de cuánto puede ofrecer.
Y también, quien presume y alardea de ser todo lo contrario,
desafortunadamente es igual que las personas anteriormente mencionadas.
Porque cuando realmente sientes y eres, no necesitas decirlo
porque sabes que se refleja.
Es como aquellas personas que intentan hacer lo más público
posible su amor.
Ese es el amor más falso. Porque quien realmente lo siente,
sabe que no necesita que todo el mundo lo sepa, basta con que la persona que
ama esté segura de aquello.
A fin de cuentas terminas siendo sólo la ventana de lo que
hay en tu interior y por más que intentes demostrar lo contrario, lo que
realmente piensas y sientes va a ser lo que salga a la luz.
Eso es todo lo que tengo que decir hoy.