10.9.12

Odio de ti...

Odio de ti

Me molesta verte paseándote de manera tan engreída.
Me irrita ver cómo ves a los demás, como si tú fueras un ser excepcional y ellos no te llegaran ni a los talones.
No soporto que hagas público todo el tiempo lo físicamente perfecto que te crees.
Me enoja que asegures que puedes tener a cualquier niña a tus pies y las trates como tal.
Pero odio pensar que tienes la razón con todo lo anterior.
Odio de ti, esa sensación en el estómago cuando te veo.
Odio de ti, que tengas la mirada más bonita que he visto.
Odio de ti, que sonrías cuando me ves porque me haces sentir que provoco algo en ti.
Odio de ti, pensarte tanto tiempo, aún cuando me topo contigo todos los días.
Odio de ti, la loción que usas, que al saludarme se queda impregnada en mi ropa, porque además de verte en mi mente también tengo que olerte.
Odio de ti, que me pregunten cómo te conocí y tener que contestar porque aparece una sonrisa en mí que no puedo ocultar.
Odio de ti, que me abraces porque después no quiero soltarte.
Odio de ti, lo que provocas en mí cuando me miras a los ojos.
Odio de ti, no poder mirarte a los ojos para evitar ese sentimiento.
Odio de ti, que me hagas sentir especial un día, y al siguiente no.
Odio de ti, que mis mejores sonrisas sean por tu culpa, y también mis lágrimas más duraderas.
Odio de ti, tener tan buena memoria, porque recuerdo a la perfección cada atención que has tenido conmigo y cada vez que me has fallado.
Odio de ti, tener que reprimir este sentimiento para no alejarte.
Odio de ti, que hayas hecho que me enojara conmigo.
Odio de ti, que así como podías parecer perfecto, tienes la imperfección más grande de todas, estar consciente de que me lastimas una y otra vez al decepcionarme y continúas haciéndolo.
Odio de ti, que a pesar de todo, yo crea que existe algo diferente en ti, que te hará cambiar, cuando en realidad eres exactamente igual a todos los de tu tipo.
Odio de ti, que me hayas hecho pelearme conmigo misma, entre lo que siento por ti y lo que quiero para mí.
Odio de ti, que mientas.
Odio creerte, sin poner en duda lo que dices.
Odio de ti, haberte regalado una cuponera entera de oportunidades.
Odio de ti, que no seas la excepción y yo lo crea.
Odio estarte escribiendo.
Odio contradecirme.
Odio, el hecho de que ya no quiero sentir nada por ti, porque no lo mereces, no mereces nada de todo lo anterior, me desespera que no encuentro forma de deshacerme de esto.
Odio de ti, que no te hayas dado cuenta de que era algo que iba un poco más allá de una simple atracción.
Odio de ti, que en ningún momento pensé en besarte o en algo más, simplemente pensé en cómo quererte, odio no haber pensado más como tú.
Odio de ti, que me hagas sentir como una más del montón que andan detrás del tuyo.
Odio sentirme ordinaria cuando no lo soy.
Odio de ti, que no te hayas dado cuenta.
Odio dedicarte noches, empapando mi almohada con lágrimas pidiendo por favor que al día siguiente que te vea no sienta nada.
Odio que se quede sólo en noches con mi almohada húmeda.
Odio de ti, que te disculpes una y otra vez, sabiendo que volverás a fallarme.
Odio tener que escribir “me molesta” “me frustra” y “odio” al principio de este texto, en vez de “me encanta”, como antes lo hubiera hecho.
Odio haber fracasado de nuevo en elegir a quien querer.
Más bien odio que dentro de mí nadie me preguntó si quería quererte, simplemente un día te quise, y eso lo empeora todo porque así como no supe cómo comencé a quererte, no sé cómo dejar de hacerlo.
Odio de ti, haber descubierto todo esto, porque entonces ya no te quiero cerca, y odio no tenerte cerca.
Odio de ti, que me hagas sentir y que no puedo hacer nada para evitarlo.