31.12.12

En año nuevo

31 de diciembre.
Ya estamos aquí, un año que a muchos nos pareció eterno.
Un año extraño, que nos prometía (una vez más) el famoso fin del mundo, y terminó siendo una mala broma de los intérpretes de los mayas jaja.
Un año lleno de cambios para mí, de decisiones difíciles, de perderme y volverme a encontrar.
Volteo atrás y hago el recuento de este 2012.
Hay una anécdota especial que viene a mi mente.
Estar en el jardín de la casa, llorando, enojada, maldiciendo, y claro fumando deseosa de ese cáncer.
Estaba enojada con alguien allá arriba, con el 'responsable' de nuestro destino.
Estaba 'enojada con Dios'.
(Calma, este no es un blog religioso, ni siquiera sé con claridad qué religión tengo, o en qué creo)
Vengo de una familia católica, que desde que tengo memoria me metieron en la cabeza de que Dios era el responsable de mi vida y de que todo lo que me pasaba era porque él así lo había querido.
Mi trabajo era rezar y pedirle por mí, por lo que quería, y 'dejarlo en sus manos'.
Y bien, así lo hice muchos años.
Pero estos dos últimos en especial, no me había funcionado, en lo absoluto.
Habían sido dos años muy pesados para mí, en los que me había tenido que enfrentar a situaciones que retaban mí fortaleza, que parecían tener la intención de pisarme una y otra vez.
Y yo rezaba, y le pedía que todo regresara a estar bien.
No obtuve respuesta o resultado.
Regresemos a la escena en mi jardín.
"¡Ya basta! Ya no quiero tu 'todo pasa por algo'. Estoy agotada. ¿Existes? ¡Entonces dame ese milagro! Estoy harta. ¡Quiero un milagro! ¡Vamos!" Decía con furia una y otra vez.
Y no, si lo que esperas es que te cuente que tuve una aparición celestial, que escuché cantos angelicales y que un viento repentino vino a mí acompañado de una luz deslumbrante, te quedarás esperando porque no pasó. Lo único fue que después comenzó a hacer frío y tuve que entrar a casa para dormir entre lágrimas.
He reflexionado una y otra vez esta escena.
Y es que, ¿cuántas veces nos hemos quedado esperando ese 'milagro', que Dios se encargue? Y para los agnósticos ¿Cuántas veces hemos culpado a la mala suerte, al karma mal entendido, cuántas veces hemos estado atenidos al 'destino' sentados, refugiados en la frase 'que pase lo que tenga que pasar'?
Aprovecho este cambio de ciclo y de que somos 'sobrevivientes del fin del mundo' para hacer esta reflexión.
Creo que por tradición todos ya hicimos nuestros propósitos de año nuevo, hemos fijado metas, y claro hay cambios que queremos hacer, aunque sean mínimos.
No nos faltarán las famosas uvas con deseos.
Otros usarán ropa interior de colores, y otros más harán rituales para recibir el año nuevo.
Todos esperando un milagro el siguiente año.
Después de tanto pensar llegué a esta conclusión: ¿Quieres un milagro? Sé tú el milagro.
Y es que en realidad ¿qué es un milagro?
Creo que un milagro no es un espectáculo de magia, Harry Potter no hace milagros. No necesitamos ser una deidad religiosa para hacer un milagro.
Te cuento otra anécdota para explicarte cómo lo entendí.
Me encontraba paseando en P. Avenue en Pittsburgh. Nevaba, y hacía un frío quemante.
Claro, yo vestía con ropa térmica, guantes, gorro, orejeras, botas de nieve y una chamarra que intentaba disfrazarme de un esquimal.
Sabía que hacia frío porque no sentía mi nariz que estaba descubierta, de lo contrario nunca me hubiera percatado.
Y así iba por la avenida, caminando como una bonita y pequeña botarga, entrando a tiendas, comprando cualquier tontería de un dólar y explorando.
Entonces me topé con un hombre, alto, afroamericano, con un gorro, unas botas y una chamarra.
Sostenía en sus manos resecas por el frío un letrero que decía en inglés "sin hogar y hambriento." En sus pies había un bote de unicel con unos cuantos centavos.
No pude evitar detenerme, me coloqué en frente de él, tomé dos dólares y los dejé en el bote.
El hombre me miró fijamente.
No era un hombre grande, si a lo mucho podía tener unos 30 años, no era invalido, estaba completo, sano, sin embargo hubo algo que me dobló completamente.
Una mirada triste, cristalina, sumisa. Una mirada que reflejaba tal fragilidad que por poco me provoca soltar un par de lágrimas. Sentí que debajo de toda la ropa que traía cómo mi estómago se encogió.
Nunca había visto una mirada así, te lo prometo.
Le sonreí y me devolvió la sonrisa.
Entonces decidí seguir caminando antes de derramar esas dos lágrimas.
Mientras entraba a más tiendas no podía dejar de pensar en aquel hombre, y en mi trayecto, tuve que pasar en frente de él un par de veces más.
Seguía de pie, frotaba sus manos una y otra vez y temblaba de frío.
Y no salía de mi mente.
Esos dos dólares no eran suficientes, tenía que hacer algo más.
Busqué a mi alrededor, vi una cafetería, entré entusiasmada.
Pedí un chocolate caliente grande y unas galletitas en forma de estrellas bañadas en azúcar glass.
Coloqué el paquetito de galletas en el bolsillo de mi chamarra, tomé el chocolate, pagué, y salí de ahí.
De la cafetería salió brincando como caperucita roja una pequeñita botarga feliz.
Me coloqué en frente del hombre y lo observé fijamente.
Me miró extrañado.
-Hace frío.- le dije.
El hombre esbozó una sonrisa ironica y agachó su cabeza.
-Sí, hace frío.- Me contestó.
Sin pensarlo si quiera, como un impulso, me quité mi bufanda y se la entregué.
El hombre abrió los ojos sorprendido.
-Te la regalo- le dije.
El hombre sonrió, rápidamente tomó la bufanda y se la colocó al rededor de su cuello.
-Lindo aroma-
-Gracias, es mi perfume.-
-Huele muy bonito.-
Le sonreí.
En seguida recordé lo que había comprado.
-¡Oh! Esto es para ti, hace mucho frío.-
Le entregué el chocolate y las galletas.
Los ojos del hombre se tornaron cristalinos, sonrió.
No puedo describirte la expresión del hombre de gratitud que emanaba en su rostro y lo que me hizo sentir.
-Gracias, lo aprecio mucho.- me dijo.
Volví a sonreirle, no podía hablar porque sentía que iba a comenzar a llorar.
-¿Te puedo abrazar?- me preguntó
Al principio me extrañé, me daba un poco de miedo que la situación tornara a otra cosa, a algo incómodo, sin embargo de nuevo, por impulso asentí con la cabeza.
Me abrazó.
-Gracias, de verdad lo aprecio.-
Había tomado la decisión correcta al aceptar el abrazo.
Me aparté y los ojos del hombre estaban vidriosos, en cualquier momento los dos lloraríamos por aquella emotiva escena.
No podía hablar, me limité a sonreirle.
-¿Cómo te llamas?-
-Ale-
-Little ángel called Ale that smells nice- me dijo sonriendo.
"Pequeño ángel llamado Ale que huele bien"
Volví a sonreír y me despedí.
Sí, parece que te conté la escena de una película hollywoodense.
Pero no, me pasó hace unos días.
Y fue un milagro.
No sé cuándo fue la última vez que ese hombre recibió una muestra de afecto, o que saboreó un chocolate con galletas.
Creo al hombre ya ni le pasaba por la mente disfrutar de un chocolate, galletas y tener menos frío gracias a una bufanda que no tenía planeado comprar.
Eso para mí es un milagro.
Poder perdonar a alguien que te lastimó mucho, y desearle lo mejor, de corazón.
Ahí también está un milagro.
Inclusive el ayudar a una mujer mayor con sus bolsas de supermercado habla de un milagro.
Una vez leí algo patético de un amigo en Twitter:
"Prometo que cuando sea grande y si llego a tener solvencia económica me convertiré en el Santa Claus de todos esos pequeños que no tienen una Navidad como nosotros."
¿Realmente tenemos que esperar a ser 'solventes' para hacer milagros y ayudar a quienes podrían necesitarlo? ¿Y si nunca llega a ser solvente, jamás va a ayudar?
¿Cuántas veces ponemos este tipo de pretextos para no ayudar en el momento, o para hacer lo que tenemos que hacer, para cumplir nuestras metas?
Creo que a mi amigo le bastaba preparar unos cuantos sándwiches y repartirlos, o reunir cosas que ya no usa y llevarlas.
No, no te estoy invitando a que ahora te conviertas en el nuevo héroe del planeta. Pero sí te invito a que mires los milagros de esta forma. ¿Te imaginas cuánto podríamos lograr a base de este tipo de pequeños milagros?
Y si no te nacen las obras humanitarias..
Tenemos el poder en nuestras manos el milagro de cumplir nuestras metas, de lograr todo lo que hemos pensado.
Y no porque somos seres súper poderosos, si no porque tenemos la capacidad de..
El problema es que nos hemos estancado en pensar que alguien 'superior' lo hará por nosotros.
Ahí entendí mi error, no podía seguir esperando a que alguien resolviera mis problemas, a que alguien más se encargara de que me fuera bien.
Cuando en realidad es mi trabajo que me vaya bien, ser feliz, no depende de nadie más que de mí, y todo lo que me pasa es mi responsabilidad, y si no me gusta lo que me pasa, puedo cambiarlo.
Suena a mensaje mágico de Disney, pero te prometo, ahora que lo entiendo me ha estado funcionado.
Este año nuevo, este año que comienza, te invito a hacer una reflexión de los anteriores, a que pienses en lo que no te gusta, lo que no te ha funcionado, y lo que quieres. Que pienses en qué puedes hacer al respecto, y lo hagas. No te desesperes, habrán veces en las que necesitaras mucha paciencia, pero sigue.
Estos son mis tips para antes de que empiece el 2013.
Perdona a quienes te lastimaron, deséales lo mejor y sigue adelante.
Pide perdón si lastimaste o defraudaste a alguien.
¿Te acuerdas de que el año pasado hablé de un cuaderno más que cerraba?
Pues aquí aplica igual.
Yo, por ejemplo, quiero un año completamente nuevo para mí, voy a renovar absolutamente todo, hasta mi casa jaja. (Es en serio, me he mudado de casa.)
Y para eso tengo que cerrar círculos, dejar a las personas que tienen que quedarse en mi cuaderno pasado.
Ya perdoné, ya desee lo mejor, ya pedí perdón y ya estoy lista para seguir adelante.
Ya hice mi lista de metas, de cosas que quiero lograr este año y mi propósito principal es ser mi propio milagro.
Ahora tips para este nuevo año.
Haz una lista de lo que quieres lograr este año, de lo que quieres cambiar. Y a un lado qué puedes hacer.
(Cosas reales, por ejemplo yo que mido 1.50 no voy a anotar 'medir 1.80', no te pases jaja).
Y cúmplelo, cree que puedes cumplir tus mentas.
Y, si está en tus manos hacer un milagro pequeño, como el que yo hice con el hombre que tenía frío, hazlo, te juro que es una satisfacción súper bonita, sacarle una sonrisa espontánea a alguien.
Experimenta una vez, te invito.
Y si no planeas hacer nada al respecto, no culpes a alguien más, o te 'enojes' con alguien superior, es tu culpa.
En cuanto a los que tienen una religión, y creen en Dios.
Él me ha enseñado que lo único que tengo que pedirle es que me ayude a creer en que puedo lograr todo lo que quiero, y en que me ayude a no rendirme.
Después de este súper motivacional blog, me despido :)
Quiero agradecerte un año más de leerme, de seguirme en mis reflexiones, que espero alguna de ellas te haya ayudado.
Y quien me lee por primera vez, bienvenido, espero me acompañes este nuevo año.
Quiero darte mis mejores deseos, y que este año nuevo sea mucho mejor para ti que el anterior.

PD: ¡Oh! Por cierto, que estés leyendo este blog es un milagro que he hecho. Me encuentro en una cabaña enterrada en la nieve en medio de la nada, mi computadora no prende porque está congelada, no hay señal, y tuve que hacer cosas realmente chistosas para conseguir internet y publicar desde mi celular :)

Feliz año nuevo.