23.1.12

Aquel hombre canoso.

Han sido unos meses TAN extraños para mí, meses con millones de situaciones, cambios, altas y bajas, meses que traen consigo personas nuevas, nuevos planes, nuevas metas, meses que también se llevan muchas otras cosas.

Y claro como todo, es tanto lo que va entrando que te saturas, que sientes un desorden impresionante y no sabes por dónde empezar.

Y no estoy hablando de que todo eso sea negativo, al contrario, todo comienza a convertirse en algo tan positivo que cuesta más trabajo acomodarlo, porque es demasiado y nada se puede desechar, y al contrario tienes que cuidarlo.

Me sentía como esas veces en las que tu cuarto está TAN desordenado, con ropa tirada por todos lados, papeles, etc. Qué prefieres no entrar e ir a ver la tele a tu sala.

O bien, entras decidido a ordenar tu cuarto y son tantas cosas que no sabes por dónde empezar y terminas no haciéndolo, o los que tenemos esa suerte, que la señora que ayuda con la limpieza lo medio haga, y medio acomode las cosas para que por lo menos tengas un lugar dónde dormir.

Curiosamente mi cuarto siempre es impecable, sólo está lo necesario, cada periodo de tiempo me encargo de hacer una limpieza profunda, y en el resto de la semana procuro no desordenarlo, al contrario.

Lo chistoso es que no podía lograr eso con mi mente y mi corazón (por así decirlo, más con mi mente).

Intenté hacer de todo, horarios, listas, agendas, etc.

Y seguía sintiendo ese hartazgo por el desorden.

Estaba frustrada, por un lado estaba este amor tan grande que tengo para escribir, esos 4 libros dónde en cada palabra he plasmado mi corazón, ya ha pasado un año desde que escribí el primero y no he podido publicarlo, luego esta ansiedad de escribirte y seguirte platicando y no podía porque he estado tan saturada.

Entre millones de cosas, escuela, amigos, mi deporte, mi familia, que te quieres comer el mundo, metí miles de actividades este año, pensando en miles de metas, a mi edad la vida es tan complicada jaja.

Sentía presión por todos lados, que todo el mundo exige, y es cuando yo quería gritar “ESPERATE yo también tengo ganas de respirar.” Y bueno agradezco no tener pareja porque si no imagínate. A tiempo decidí deshacerme de esas broncas amorosas que no ayudan mucho en estos momentos.

En fin, sentía un gran desgaste, me sentía agotada, todo el tiempo con fastidio, con sueño, no tenía un buen humor, pero tampoco uno malo, creo que ni me podía concentrar en tener humor.

Y lo peor es que cómo son tantas cosas todo es a medias, ni siquiera podía poner un enfoque bien a algo (más que a la escuela pero esas por una razón indiscutible que se llama “el mal humor de mi padre si llego a sacar una mala calificación) claro que era normal esta frustración.

Sabes cómo se siente? Se siente como si caminaras, y caminaras, y caminaras, y después te detienes y te das cuenta que no has avanzado nada, que sigues en el mismo lugar, entonces pataleas, gritas y te enojas.

Siempre he sido muy literal, me acuerdo que cuando estaba más chica mi psicóloga me decía que me pusiera en los zapatos de mi padre para entenderlo, y pues así fue, llegue a mi casa y corrí al closet, busqué los zapatos más bonitos, los que no olieran tan mal y me coloqué en ellos, y te prometo, sólo así pude entender a que se refería mi psicóloga.

Entonces, si ya había intentado de todo y nada funcionaba, y yo sentía que caminaba sin un rumbo fijo me dije:

“Pues entonces literal, ve a caminar sin un rumbo fijo, a ver qué encuentras”

Ya lo he hecho anteriormente y funciona, y así fue, agarré una pequeña mochila metí mi laptop, el libro que ando leyendo, cigarros, cartera, y bueno, todo eso que llevamos en nuestro bolso, innecesario pero que puede ser necesario a criterio de nosotras las mujeres.

Llegué a la colonia por la que tanto me gusta caminar, y comencé a caminar sin un rumbo fijo, caminé por horas, encontré cosas increíbles, restaurantes, mini exposiciones, pasé por un parque repleto de curiosidades y de pronto, en frente de mí en la calle de Ámsterdam, me topé con un café que llamó mucho mi atención.

“Este es el café me dije.”

Llegué y el mesero que me atendió se sorprendió que sólo era yo, sin acompañante, y me dio paso a “la mesa más chica que es para dos personas”.

A lado de mi se encontraba un señor ya grande, barba entre grisácea y blanca, y su ondulado cabello lo tenía recogido en una cola de caballo, nada de gel o algún fijador para el cabello, camisa negra, y una pequeña argolla dorada en una de sus orejas. Tenía en frente de él un cuaderno y una pluma.

Volteo a verme y le sonreí como muestra de amabilidad, me regresó la sonrisa y regresó a lo suyo.

Pedí un Cappuccino, comencé a leer…

No me concentraba…

Prendí un cigarro…

Me dio agruras…

Cerré el libro y apagué el cigarro en el cenicero.

No me acomodaba en el sillón que por cierto daba apariencia de ser un gran “aposento de descanso”

El mesero amablemente me trajo mi café, le di un sorbo y me quemé la lengua.

“Ok, esto no está funcionando.” Me dije.

Entonces saltó a mí la idea de escribirte, de platicarte.

Me emocioné y prendí mi laptop, intenté acomodarme en el aposento de descanso más incomodo en el que he estado, respiré profundo, puse mis manos sobre el teclado y sonreí.

Me mantuve exactamente así unos 15 minutos, y no logré escribir ni una sola palabra.

Abrí de nuevo el libro, y quise leer, no me podía concentrar.

Suspiré con fastidio.

Abrí mi cajetilla, ya no había cigarros.

Di otro sorbo a mi café, me volví a quemar la lengua.

Maldije en voz alta.

Entonces me percaté de que el hombre canoso me miraba, me di cuenta de que se encontraba bastante divertido con mi situación.

Esta vez no le sonreí.

Abrí el archivo de un nuevo libro que estoy escribiendo, la misma escena que la anterior.

Entonces puse mi frente en la mesa.

Definitivamente no estaba funcionando.

De reojo vi como alguien me acercaba una cajetilla.

Alcé mi cabeza y era el hombre, seguía sonriendo.

“Quieres uno?” me dijo.

Quise rechazarlo, por haberse divertido con mi situación, pero realmente quería un cigarro, opté por aceptarlo.

Tomó su encendedor y caballerosamente me prendió mi cigarro.

“Gracias” contesté con fastidio.

“Te he estado observando, quieres que te ayude con tu tarea?”

Me extrañó la amabilidad del hombre.

“No es tarea”

“Entonces, sólo estás haciendo berrinche cómo cualquier niña de tu edad?” me dijo bromeando.

Hice gesto de molestia.

“Vamos, qué mejor que un hombre más grande que tú para ayudarte? Que te acongoja?”

Sé que siempre nos han dicho que no hablemos con extraños, pero, aquel hombre me inspiró confianza en el instante, y tenía razón, qué mejor que un hombre ya grande y completamente desconocido que se ofrece a darme ayuda para contarle? Digo, él era el que se iba a “fletar” toda mi letanía y después yo me iba a marchar y no iba a volverlo a ver. Además se veía completamente inofensivo.

Comencé a platicarle lo que en un inició te platiqué y varias cosas más.

El hombre me observaba atentamente, realmente estaba prestando atención a todo lo que le decía, y pude notar como analizaba por completo mis movimientos y mis palabras.

“Y la verdad, estoy comenzando a convertir todos estos sueños absurdos como hobbies, hay miles de escritores, deportistas, bailarines, etc., mejor que yo, es muy difícil que todo esto se cumpla, ya me estoy dando cuenta de esto” concluí.

“Qué edad tienes?” me preguntó.

Titubee por un momento y contesté.

Sonrió, tomó el cuaderno donde estaba escribiendo y me lo enseñó.

“Este es mi 11 libro, a mi me gusta hacerlo tradicionalmente, luego alguien más se encarga de pasarlo a algo parecido a lo que tu estas usando, también soy escritor, y vivo de esto.”

No contesté.

“Comencé a escribir cuando tenía unos 10 años más que tú. Mi primer libro se publicó 5 años después que lo terminé de escribir, y al igual que tú en esos 5 años yo me frustré, pero quería seguir escribiendo, me encanta escribir y leer, puedo darme cuenta que tú también.”

Asentí con la cabeza.

“Hoy en día es muy difícil sobresalir, es muy difícil con tanta competencia a nuestro alrededor, por ejemplo, tú eres competencia para mí, eres mucho más joven, más fresca, con más ideas, puedes adquirir mejor preparación, sin embargo, eso no me va a detener para que yo termine este libro” guiñó un ojo sin dejar de sonreír.

Me sentía como niña chiquita a la que le estaban contando un cuento con moraleja. Seguía sin contestar, no sabía a qué quería llegar aquel desconocido de cabellera blanca.

“Los verdaderos logros, los logros que te marcan tu vida, tardan, es un proceso largo, y tiene que ser largo, para que sea un logro perfecto, la vida es sabía, la vida sabe cuánto tiempo debe de tardar ese logro para que tú puedas sentirte completamente satisfecha. Pero qué pasa si te desesperas en el instante? Sí en el minuto en el que haces algo quieres resultados? Presionas ese proceso, y el logro sale mediocre, por lo tanto, sale mal.”

Yo sólo lo observaba, sentía que el hombre me conocía a la perfección.

“Todo aquello que haces con el corazón, que lo haces porque amas, siempre es bien compensado, por ejemplo, el blog del que me platicaste, no tiene otro fin más que dar a conocer tu pasión, porque así lo quieres, porque quieres enseñarle a los demás lo que has aprendido, no porque te paguen por ello, o porque vayas a obtener algo, lo haces por amor. Qué ocurre? Que obtienes grandes resultados, que las personas reconocen lo que haces, te lo hacen saber, y en cada reconocimiento tú sientes cómo tu alma sonríe, ya viste cómo si estas obteniendo pequeños logros? Y de los pequeños logros son ladrillos que van formando un gran monumento, sólo si tú decides seguir colocando aquellos pequeños ladrillos con amor”

Yo seguía callada.

“Por qué quieres publicar tus libros? Porque quieres comprarte una bonita bolsa con el dinero que ganes de ello?” me preguntó.

“No, en realidad no, lo hago porque estoy ansiosa de sentir el ver que tanto trabajo y corazón ahí, tuvo un resultado” contesté.

“En realidad, a ti no te importa dónde se venda, si se vende, quien lo compre, nada de eso, a ti lo que te importa es ver que está ahí como una meta que tú te has puesto. Es por un fin propio, por tu sentir. O me equivoco?”

“No, estás en lo correcto.”

“Dame el nombre de un autor.” Me dijo.

“Alejandro Jodorowsky” contesté.

“Tú crees que Alejandro Jodorowsky todos los días se levanta con un libro completo en la cabeza y llega sólo a plasmarlo?”

No conteste.

“Claro que no, de ser así sus libros y guiones no tendrían sentimiento, no provocarían eso que a ti te provocan cuando lees. Los escritores necesitan inspiración para hacer un buen trabajo, si no lo tienes en este momento, no te fuerces, que ahí va la mediocridad, cuando sientas algo plásmalo, si no lo sientes, no lo hagas, calma, que te repito la vida es sabia y sabe darnos el tiempo necesario a todos para cumplir nuestros sueños, sólo que la vida es muy estricta y si tú no haces nada para cumplirlos, el tiempo va a seguir pasando y la vida no perdona aquello.”

Comenzaba a entender lo que me quería decir.

“En cuanto a tu deporte, es lo mismo que lo anterior, siempre va a haber alguien mejor, siempre, pero no por eso tú vas a dejar de trabajar y de esforzarte, no te compares con las demás niñas, compárate contigo, compara lo que eres ahorita a lo que eras hace unos meses, compite contigo, no con nadie más, si la otra niña saca un nuevo elemento y a ti te cuesta más trabajo, enfócate en tomarte tu tiempo para hacerlo, aunque te tardes mucho más que las demás, pero que al final, todo lo que hagas, sea un resultado para ti, para tu persona, tu autoestima, no para demostrarle a alguien más algo, ese coraje, úsalo a tu favor, concéntrate en ti, porque te prometo que el día que la otra niña mejor comience a concentrarse en alguien más, es cuando va a comenzar a decaer. No te sientas presionada, cada entrenador sabe las aptitudes de sus niñas y por lo tanto debe de tenerles paciencia, sólo que si pequeña, si te estás dando el lujo de hacer las cosas a tu tiempo es porque los resultados van a ser asombrosos y porque cada elemento que hagas lo harás perfecto.”

Estaba asombrada, parecía que habían sacado a aquel hombre de alguna novela romántica y yo me sentía en una de esas películas cursis hollywoodenses.

“Agradece pequeña niña berrinchuda, por todas las personas que están llegando, agradece de por lo que te van a enseñar, tiempo para conocerlas a todas por completo siempre va a faltar, pero la oportunidad que tengas que estar con ellos, es la que TIENE que estar, no más o menos, no te aflijas por sentir que te falta tiempo para ellos, que si de verdad te quieren, van a esperar por ti, y cuando estén contigo te van a disfrutar así como tú los vas a disfrutar”.

El hombre prendió un cigarro y me ofreció otro, la plática estaba tan interesante que lo acepté.

Nos desviamos del tema y comenzamos a platicar de mil y un cosas, intercambiamos nombres de libros, me platicó de los suyos, le conté anécdotas en mi deporte y con mis amigos, y claro cómo en todas las conversaciones profundas salió el tema del amor.

Le platiqué mi situación y cómo me sentía por ello.

El hombre sonrió con una carcajada.

“También te presionas por eso? Sólo porque las personas ya comienzan a notar que no tienes novio? Niña, a estas alturas ya deberías de haberte dado cuenta que estas en una etapa de retroalimentación para tu persona, que estás teniendo una oportunidad maravillosa que te va a marcar por el resto de tu vida, la verdadera pareja llega después, cuando tú ya estás lista y ya has aprendido lo necesario y ahora puedes compartirlo con alguien más y ese alguien más contigo, y si no llega nunca, es porque sigues en tu etapa de retroalimentación, porque has tenido la maravillosa oportunidad de caminar al ritmo que tú quieras, dichosos aquellos, aprende, lucha por esos sueños de los que hemos estado platicando, no te detengas, ese complemento llega después, en el momento indicado, y aquel muchachito que de repente te roba los pensamientos, pero que definitivamente no debería porque no te está dejando crecer, mientras el va creciendo con su noviecita, quiérelo, quiérelo mucho, apóyalo en lo que puedas sin que te perjudique y dale las gracias de hacerte las cosas un poquito más difícil, los logros que nos toman esfuerzo son los que mejor se saborean, si logras encontrar a alguien en este proceso con ese bache, y lo superas, te vas a acordar de mi, y no te mortifiques que si el muchachito es para ti se va a dar cuenta del grave error que está cometiendo.”

Comenzaba a obscurecer, yo me encontraba sorprendida de lo que estaba ocurriendo.

“Por último, me es muy grato haberte conocido, haber conocido a una mujercita tan joven con tantos proyectos, tantos sueños y tantas metas, me es grato ver que tu presión es porque quieres hacerlo todo y no te da tiempo, hoy en día los jóvenes los relaciono como zombies que se van arrastrando por el camino de la vida sin proyecto alguno, existiendo, y peor perjudicando al no hacer nada en este ciclo de retroalimentación, todos los jóvenes deberían de compartir por lo menos una pequeña pizca de tus sueños, siempre me esforcé por fomentar aquello en mis hijos, porque se superaran día con día, no sabes lo frustrante que es para un padre ver que sus hijos no tienen motivación de nada, que sus problemas son la novia y cuanto dinero van a gastar en una fiesta, no logran entender el sentimiento de voltear atrás y ver todo lo que has fomentado, por eso unos sobresalen y otros no, pero qué pasaría si todos sobresaliéramos? Definitivamente no nos encontraríamos en esta situación global, imagínate que los jóvenes estudiaran y trabajaran porque tienen un sueño que cumplir? No porque si no, no van a tener qué comer después, o peor, no van a tener lujos, imagínate que todo fuera por amor? Regresamos a lo mismo, a que todo lo que haces con el corazón y por amor siempre es bien compensado, y no sólo en el sentimiento, ya viste que yo vivo de mi pasión y me puedo dar ciertos lujos, porque siempre lo hice con amor y con amor ayudas a los demás” sonrió.

Estuve a punto de soltar una lágrima.

“Todo se va a ir acomodando poco a poco, todo va a llegar en el momento preciso, si ahorita no tienes tiempo para todo, es porque todavía no es el tiempo para todo, todo a su tiempo, sin dejar de trabajar por ello, ahí entra el ser persistente. Quiérete, quiere lo que está a tu alrededor y nunca dejes de dar las gracias, agradece que estás saturada de oportunidades y no de impedimentos, también es cierto que las personas agradecidas son las mejor compensadas, deja de quejarte, mejor actúa, y sigue caminando sin rumbo pero con la meta a dónde quieres llegar, piérdete, toma caminos diferentes, encuentra diferentes atajos, estoy seguro de que seguirás encontrando cosas maravillosas”

Agradecí infinitamente al señor, no me quiso dar su nombre, dijo que las mejores lecciones vienen de extraños y tampoco quiso que le diera el mío, regresé a mi casa sonriendo, pensando en todo lo que me dijo, y mira, aquí estoy, escribiendo el blog más largo que he escrito hasta ahora, tal vez aquel hombre canoso tiene razón, esta vez no te estoy dejando una reflexión mía, te estoy compartiendo lo que aprendí hoy, lo que dijo alguien más, espero te ayude en algo, a mi me ayudó infinitamente.

Y ahora sí, este blog está basado en un hecho real jaja.

Gracias por leerme, eres especial :)

No hay comentarios:

Publicar un comentario